La orina es esencialmente estéril cuando sale del cuerpo humano. El principal problema para el uso de la orina en la agricultura es como evitar la contaminación fecal cruzada. Adicionalmente, existen enfermedades que en algunas regiones del mundo son propagadas por la orina. La siguiente sección presenta sugerencias para el manejo de la orina para reducir al mínimo el riesgo de utilizar la orina como fertilizante. Cabe señalar que las ventajas de usar orina para la producción de alimentos superan el riesgo de transmisión de enfermedades. Existen varias actividades de fácil ejecución que hacen el uso de la orina seguro.
Los riesgos para la salud asociados con el uso de la orina humana para la producción de cultivos son generalmente bajos si no existe o es pequeña la contaminación fecal cruzada. Si la materia fecal entra en la orina, la orina contendrá diferentes tipos de patógenos entéricos que pueden representar un riesgo potencial para la salud. Su presencia depende naturalmente de si los usuarios están infectados o son portadores de dichos organismos. En el caso de diarrea el riesgo de contaminación fecal cruzada es mayor.
Adicionalmente algunos organismos de preocupación para la salud pueden ser excretados con la orina. Un ejemplo es la Salmonella typhi/paratythi. Estas bacterias tienen un corto tiempo de supervivencia en la orina almacenada, el riesgo de transmisión de patógenos se reduce mínimo 1.000 veces después de una semana de almacenamiento. Por lo tanto, no se debe usar orina sin almacenar cuando se sospecha casos de fiebre tifoidea o paratifoidea. Otro ejemplo es la esquistosomiasis por Schistosomiasis haematobium, parásito que se encuentra solamente en África. No obstante, con el fin de representar un riesgo, los huevos deben llegar a un curso de agua y encontrar un caracol-huésped adecuado. El uso de la orina en la agricultura con las técnicas de aplicación recomendadas aquí reduce en gran medida este riesgo. Un tiempo de almacenamiento de una semana o más disminuirá de manera importante el riesgo, mientras más largo sea el tiempo mejor. En las siguientes secciones se proporciona más información sobre los tiempos de almacenamiento. Los grupos expuestos a los riesgos son: el personal de recolección y los trabajadores de campo, las comunidades locales y los consumidores del producto. Siendo de importancia las prácticas de manejo y aplicación en el campo. En cuanto a otras sustancias contaminantes en la orina (metales pesados, hormonas y productos farmacéuticos) existen muchos indicios de que los riesgos para la salud probables son mucho menores que los relacionados con el sistema de saneamiento convencional y es acertado creer que el riesgo de efectos negativos en la cantidad y calidad de los cultivos es insignificante.
Las directrices de la OMS para el uso seguro de las aguas residuales, excretas y aguas grises (2006) reconoce el potencial de usar las excretas en la agricultura y promueve una estrategia flexible de barreras múltiples para la gestión de los riesgos para la salud asociados con el uso de las excretas en la agricultura. Esta estrategia de barreras múltiples comprende una serie de medidas y barreras a lo largo de todo el sistema de saneamiento desde “el sanitario a la mesa”. Cada una de las barreras posee un cierto potencial para reducir los riesgos para la salud asociados con el uso de las excretas y la OMS recomienda practicar varias de estas barreras si es necesario para reducir los riesgos para la salud a un mínimo aceptable. Se puede sumar la reducción de cada una de las barreras, lo cual mejora la reducción del riesgo total y también asegura que las variabilidades e inseguridades en cada paso sean balanceadas en el largo plazo. Así, incluso las excretas que no han sido suficientemente tratadas pueden ser reutilizadas siempre y cuando los riesgos provenientes de ellas puedan ser manejados con las barreras posteriores. Para obtener más información, visite el sitio web de la OMS .
La separación en la fuente es una barrera eficaz para disminuir los riesgos en comparación con un sistema de alcantarillado combinado. Un objetivo clave de la recolección de orina es reducir al mínimo la contaminación fecal cruzada. Los sanitarios de separación de orina deben ser diseñados de manera que minimicen la contaminación cruzada. Si la orina se recoge de los urinarios, el riesgo de contaminación cruzada es insignificante. El agua de ablución de las personas que practican este método de aseo debería ser tomada en consideración. Si esta agua se combina con la orina el riesgo de contaminación cruzada aumenta, especialmente si los usuarios tienen diarrea.
La forma de recolección, transporte y vaciado de la orina también puede crear situaciones donde puede darse la exposición de personas. Si la cámara de recolección de orina rebosa, la contaminación cruzada de la orina será en la tierra donde tal vez ocurra el contacto directo con niños jugando (el diseño debe prever un desfogue con una forma de infiltración). Los recipientes de la orina no deberán ser usados para otros propósitos como acarrear agua o fabricar cerveza. Se debe evitar las fugas en el transporte al campo o a otro recipiente de almacenamiento secundario. Los recipientes para el transporte deberán contar con una tapa bien ajustada.
Es recomendable que antes de la aplicación la orina sea tratada con el fin de higienizarla y reducir los riesgos microbianos para la salud. Una opción de tratamiento es el almacenamiento a temperatura ambiente. Los tiempos de almacenamiento deben basarse en la temperatura y en la probabilidad de contaminación fecal cruzada, así como en la vulnerabilidad de la población expuesta. Una familia probablemente transmitirá las enfermedades entre sus miembros a través de rutas directas y no mediante el uso de la orina recolectada. Así, en una familia, cuando la orina se utiliza en la huerta familiar y su producción se usa solamente para la familia, se puede aplicar un régimen de almacenamiento menos estricto. Un almacenamiento menos riguroso (1 a 2 semanas) también puede ser aplicado para urinarios donde la contaminación fecal no ocurre. Cuando se recoge la orina de muchos usuarios diferentes, al igual que cuando el producto es vendido o transferido a terceros, el riesgo microbiano se incrementa substancialmente. En estas situaciones un tiempo más largo de almacenamiento deberá ser empleado, esto hace más seguro el uso de la orina e incrementa la reducción de posibles patógenos presentes. Los tiempos de almacenamiento recomendables varían dependiendo del tipo de sistema (sistemas de gran escala: 1 a 6 meses, hogares/urinarios: 0 a 1 mes). Si es probable que ocurra contaminación cruzada el tiempo de almacenamiento puede ser ajustado hacia arriba, siendo superior a 1 mes. Esto también se aplica en climas fríos donde la temperatura es un factor determinante en la mortandad. Por regla general: mientras más largo sea el tiempo de almacenamiento, mejor.
La orina debe ser almacenada en recipientes sellados con el fin de evitar el contacto directo con la orina para seres humanos y animales. La orina no debe ser diluida durante su almacenamiento, para proveer un ambiente más severo para los microorganismos y aumentar la tasa de mortandad de los patógenos. Existen ejemplos donde el agua de lavado del sanitario ha sido mezclada con la orina, resultando en una alta dilución. Esto ha dado lugar a criaderos de mosquitos en la orina altamente diluida descubierta, así como una reducción de patógenos baja.
Un ejemplo interesante de la introducción de nuevos fertilizantes para la comunidad agrícola proviene de Burkina Faso. Dentro del proyecto Eco San la orina de más de 1.000 viviendas en la capital Uagadugú se recolecta en bidones amarillos. La orina es transportada a una estación de tratamiento donde se almacena en tanques por un tiempo determinado. Cuando la higienización ha terminado, el líquido es vertido en bidones verdes, véase y vendido a los agricultores bajo el nombre Birg Koom que significa fertilizante líquido en el lenguaje local. La misma estrategia se está aplicando en Níger en un proyecto similar. Esta es una forma de desmitificar la orina como fertilizante y una señal de que el producto es seguro para ser utilizado en la agricultura.
El tiempo entre la aplicación de la orina y la cosecha debe ser mínimo de un mes.
Un período de espera entre la última aplicación de la orina y la cosecha es una barrera que da tiempo para la mortandad de los patógenos. Los cálculos de riesgo han demostrado que en un período de un mes de espera la reducción del nivel de riesgo es importante y en combinación con otras barreras de la estrategia de barreras múltiples, el resultado será un riesgo muy por debajo de 10-6 AVAD para las bacterias patógenas, virus y protozoos parásitos (OMS 2006). Por lo tanto, es siempre recomendable observar un período de espera de un mes entre la última fertilización con orina y la cosecha. El tiempo de espera se basa en la mortandad de los organismos, debido a factores externos como el secado, la temperatura y la luz ultravioleta en la superficie de las plantas de hoja. La mortandad puede ser menor en el suelo. Esto no contradice la recomendación de aplicar la orina en el suelo. Para los tubérculos que se consumen crudos (rábanos, zanahorias, cebollas, etc.), el manejo posterior a la cosecha es importante. Sin embargo, cabe recalcar que en estas situaciones el uso de la orina sigue constituyendo un riesgo menor que el uso de lodos de tratamiento de aguas residuales, estiércol, aguas residuales o de riego con aguas superficiales contaminadas.